la tía virgen puta del pulga
Me asustan los señores santos con capirotes, me dan miedo, parecen del ku-klux-klan. No puedo decirlo, el Pulga se partiría el pecho de la risa, pero en Semana Santa me da pánico salir a la calle. Con lo que a mí me gustan los tambores, tenían que llevarlos los tíos del capirote, y es que cuando se nace en el andergraun, se es así hasta para los miedos. Yo, cuando los veo todos en fila, desde el balcón de la casa de uno de los padres del Pulga, me quedo tieso de miedo. Allí abajo, todos tan picudos, tan sin gestos, y sin decir ni pío, que entre tanto pico ya se les podía escapar, por lo menos, un pío.
El Pulga tiene una tía que trabaja de virgen en Semana Santa, la llevan a hombros por las calles, mientras la cantan saetas según pasa. La tía del Pulga trabaja de puta el resto del año, el Pulga dice que su tía es muy perfeccionista, y que si es virgen en Semana Santa, ya sólo puede ser mujer de la vida las demás semanas del año. Tengo ganas de conocer a la tía del Pulga, y también a su marido, aunque creo que el marido anda metido en líos de apuñalamientos... Y lo que yo le digo al Pulga muchas veces; Pulga, me parece que tu familia es una familia desestructurada... y él me contesta mirando al cielo: sí, si desestructurada será, pero tiene un mal arreglo que no veas
El Pulga es un mártir con modos de verdugo, y lo peor es que no lo sabe aún...
La tía virgen puta del Pulga
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo
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