trifásicos ambulantes
I - Después de cada esquina que doblaba encontraba una nueva, casi exactamente igual a la anterior. Sólo una leve diferencia, que podía pasar inadvertida en caso de no prestar la debida atención, constataba que era una esquina diferente. No quiso saber más, el agotamiento al que se veía sometido por aquella sensación repetitiva le había llevado, en más de una ocasión, a pensar en escapar de sí mismo.
Por la parte de arriba del cielo
están las costuras del universo,
y bajo el pavimento de la vida
se muere todos los días un día.
II - Dirigió sus pasos hacia donde nunca habían ido. El motivo por el que cambió su rumbo era para él una incognita, sólo sabía que sus dirección no llevaba la misma dirección de otros días, y creyó respirar por primera vez.
No hay una buena razón para obviar la obviedad,
no queda rotundidad en las piedras
contrarias a la fragilidad de los cristales,
ni cristales enfermos, en su sano juicio,
dispuestos a dejarse matar.
Y entre tanta gravedad sobreactuada,
entre tanto juicio metafísico final
a punto de volver a reventar,
tengo una noche escondida
para dormirla a medias en la calle de los sueños.
III - Despertó con el sabor de otra boca en su boca, y un delirio azul le hizo saber que ya tenía memoria, que podía comenzar a escribir los recuerdos a solas, frente a las olas de algún mar.
... y dejó de sonar el silencio de la piel en sus manos,
mientras el color de la luz quiso saber a sal marina.
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo. "Trifásicos ambulantes"
6 comentarios
chus -
Mariana -
pokito -
Niña, gracias por sacarme del universo, eres un sol bien grande. Un beso para Buenos Aires, desde Madriz.
Sigue, y disfruta, seas quién seas.
Anónimo -
Raquel -
Saramelli -