equus
No pude negarle la atención
al enemigo que llevo adentro,
ni ignoré el fuego plateado
que iluminaba nuestra soledad,
fuimos la ingravida gravedad
de un mundo sin prisas,
hecho a la medida del instante,
y alimentamos las venas fugaces
con puntos de estrellas,
con razones que se nos caían
desde el firmamento callado,
en una galaxia terrible, y espiral.
No quise renegar de la verdad
que conocí en mi yo más sincero,
callar sus exigencias diarias
era el mismo ejercicio inútil,
vestido con las ropas de siempre,
en el que el tiempo se perdía
sin dejar de mirar hacia atrás,
y fuimos la desnudez del momento,
y también la fragilidad del miedo
a las eternidades de mañana,
fuimos tanto, y fuimos sin nada,
sólo fuimos los dos otra vez.
"Equus"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo
al enemigo que llevo adentro,
ni ignoré el fuego plateado
que iluminaba nuestra soledad,
fuimos la ingravida gravedad
de un mundo sin prisas,
hecho a la medida del instante,
y alimentamos las venas fugaces
con puntos de estrellas,
con razones que se nos caían
desde el firmamento callado,
en una galaxia terrible, y espiral.
No quise renegar de la verdad
que conocí en mi yo más sincero,
callar sus exigencias diarias
era el mismo ejercicio inútil,
vestido con las ropas de siempre,
en el que el tiempo se perdía
sin dejar de mirar hacia atrás,
y fuimos la desnudez del momento,
y también la fragilidad del miedo
a las eternidades de mañana,
fuimos tanto, y fuimos sin nada,
sólo fuimos los dos otra vez.
"Equus"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo
3 comentarios
josé -
Un saludo
Ariadna -
Besos viajeros llenos de luz.
Marta -
¿Nunca contestas a los comentarios? Antes sí lo hacías. Estaría bien que lo volvieses a hacer.
Un beso