hola ola, y la ola dijo adiós
Camina junto al mar, ni muy despacio, ni muy deprisa, simplemente camina. Recorre ese pedacito de costa que tiene frente a casa, que se retuerce, robando, y regalando, metros de arena, y de agua con sal. Esa costa que desdeña cualquier idea que hable de líneas rectas, y de continuidad. En su cabeza juegan los colores del cielo, y algún gato despistado, que se pierde tras los tejados de las buenas noches con lunares de plata. Le gustan las olas, le gusta jugar con ellas a no mojarse. Cuando se alejan, ella las persigue prometíendolas una caricia con sus pies, y cuando vuelven en busca de esa caricia, ella se aleja unos metros, parándose justo en el sitio donde el mar deja de ser mar. Sabe que al día siguiente estarán ahí, como siempre han estado desde que tiene memoria, aunque siga alejando las caricias prometidas. También le gusta escuchar el discurso del viento. Se entretiene pensando en las breves historias que cuenta el aire de la tormenta, y conversa con la claridad de la atmósfera de mayo, después de los besos mojados que se despidieron de abril pocos días atrás.
Hoy el viento está en silencio perfecto, y el mar parece estar un poco más allá de la arena que ayer. Se acerca al agua, y se descalza para comenzar a jugar, pero las olas no se mueven. Se quedan quietas, mientras cuentan que ahora son olas, con el hola roto, y que ya sólo saben ser olas de adiós.
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.
"Hola ola, y la ola dijo adiós".
5 comentarios
chus -
Lo dicho, gracias Virginia, Ximena, Rocío, y María. Os ganáis el cielo conmigo.
María -
Rocío -
Ximena -
virginia -