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pokit in a pocket

a medias

Dame una calle que suba
hasta el barrio
donde juegan
los ojos que se buscan,
o una hora
que no se gaste en el tiempo,
después de que ahora
sea el recuerdo de ayer.

Dame el sabor
que fabrica la noche
cuando susurra
las formas que te forman,
o las palabras
que debe decir el aire,
para que no hagan falta
más letras que las que nombran
el nombre de la piel.

Dame un domingo
que no caiga en lunes,
y la cama
de un martes de gloria
en las vísperas de tus caderas,
y los meses
serán años de dos días,
para que no se puedan
volver a olvidar
en las arrugas de un número
colgado a la pared.

Dame el pan de tu pecho,
el mar tu boca,
deja que naufrague
en las playas sin arena
que son el borde de tus costas,
o que sea la guerra
en la paz de tu vientre,
y dejarán de ser
noches los días,
y días sin noche, las noches en vela.

"A medias"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo

calle feria

Alguna vez quise
ser calle de feria,
o aire que vuela
en una verbena de barrio.

Me hubiera gustado
ser la siesta
que calla agosto
más allá de la puerta,
la que se despierta fresca
con olor a tierra mojada,
la que renace al final
de dos caricias opuestas.

Soñé con ser el campeón
del mundo en tu cuerpo,
o el barco pirata
por el que te dejaste atracar,
quise convertirme en limo
y arena, dulce de blanca,
para sedimentarme en tu piel,
para ser aborigen en el delta
que te triangula los suspiros,
el que ondea tus ríos secretos
hasta las olas rizadas del mar.

“Calle feria”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo

in crescendo y conclusión

No puedo negar
el sabor del fracaso
entre los labios,
no me puedo zurcir
como si fuese
un trapo roto
para volverme traje,
no me queda tiempo
para intentar
tejerme otra vez,
pero si quiero
que alguna mañana
el sol te lleve a un recuerdo,
y que tu sonrisa tiemble,
y que tus ojos brillen,
y que tus poros despierten,
y también, por qué no,
que tu alma llore
algún arrepentimiento.

Creo que el tiempo
quiere vengarse de mí,
me araña más hondo,
y brota más sangre
con cada zarpazo,
con cada minuto,
con cada segundo,
en cada gota.

No pienso desatarme
las botas que gasté,
apenas quedan unos metros
más allá de sus punteras,
y es posible que los agujeros
de sus suelas
sean la única manera
que me quede para escapar
de esta patraña,
porque este cuero ajado
no abandona al cuarteado,
ni las letras dejarán
de sonar a pan de leña,
y a nieve que aliña
la tierra verde
con el color de la sal.

Ahora miro los libros,
están descansando
sobre la mesa,
se saben observados
y se quedan quietos,
mudos aunque tengan
las páginas abiertas,
porque son un montón
de historias cansadas
de que las cuenten,
hartas de que las desnuden
con las yemas de los dedos,
para olvidarlas después
como al paraguas de la puta,
apoyado junto
a la penumbra alcohólica
de la barra de un bar.

Me asusta no conocerte,
pero me agrieta saber
que te conozco muy bien,
puede que por eso
no me atreva a decirte,
o que no me atreva
a querer escucharte,
sobre todo,
cuando te pones
a hablarme en alemán.

"In crescendo y conclusión"
© Pokit in pocket. chus alonso díaz-toledo.

El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo

la gata de noche

En las noches,
cuando la Luna
es la soprano
de la ópera
que ejecutan
las luces del cielo,
una Gata de noche,
hecha con las historias
que no duermieron,
sale a reinar
en el país de los tejados,
y me hace cosquillas
cuando, en silencio,
comienza a caminar.

El mundo se hace
una alfombra
de edificios durmientes,
y en él, la Gata nocturna,
se asoma a la ventana
desde la que todo se ve,
y me mira y remira, universal,
y con sus patas escribe
pisadas sin letras
que se leen
bajo el farol del silencio,
y mueve el hocico,
y se lame los bigotes,
y se tuerce
la Luna en la altura,
para poderla mirar.

No importa
que en el suelo
nazcan las flores
del tedio,
ni que se invente
una nueva vacuna
contra la felicidad,
porque en esas noches,
en mis noches
sin tiempo,
la Gata me dicta
las palabras exactas
que caben en la mirada,
las que duermen
junto al viento
que sopla con sabor a mar.


"La Gata de noche"
© Pokit in pocket. chus alonso díaz-toledo.

El país de los tejados - chus alonso díaz- toledo

la cocina de los libros

No queda sitio para el bote
de las palabras,
la estantería está
llena de manos
pintadas con rotuladores
de colores delebles,
manos incapaces de sujetar
un simple monosílabo
sin que caiga al piso,
y se convierta en una lastimosa
conferencia dispersa,
y contundentemente terrenal.

La cocina de los libros
está hecha un desastre,
por el suelo se esparcen
muchas piedras, piedras
de colores a rayas,
algunas son intenciones
en miniatura de cebras,
o de tigres, otras llevan
el pijama puesto,
pero hay una que me llama
la atención en especial,
una que intenta escapar
cuando se abre la puerta,
tiene rayas blancas y negras,
arrastra una bola de pimienta
atada a una cadena, y se apellida
como la isla de Alcatraz.

En la mesa de los versos
se manifiestan
milones dobles de diéresis
exigiendo que le pongan
una tapa a la letra "u",
proclaman la unidad
para no ser vencidas,
amenazan con agruparse
para formar una línea
de acción dura, e irreductible,
pero luego callan su jaleo
porque saben que no pueden
dejar muda a la curvada "u".

También el tintero
quiere protagonismo, aún más,
y lleva a cabo una huelga
de despecho, y de celo,
el tintero odia a la pluma,
cuando ésta se va
a contarle frases al folio,
y se ha precintado
transparentemente,
con papel adherente,
a lo largo de su redonda boca.

La poesía es una revolución
sobre el tablero caótico
de una partida de ajedrez
submarina, los peces riman
con los moluscos, las sirenas
con las luces de ambulancia,
y hay un réquiem endecasílabo
que nadie sabe de quién es.

"La cocina de los libros"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo. 2008

a solas con la sed

Sobrevivo en la esquina
del desierto porque
me hice cactus,
me alimento del pasado
que almaceno
en mis adentros,
necesaria humedad
para que el seco
no me quiebre,
para que no
se resquebraje la carne
que me mantiene
frente al sol eterno,
y me consumo bebiendo
sorbos sin derecho
a quitarme la sed.

Soy una paradoja
disidente del agua,
un insignificante
color verde perdido
entre el blanco
amarillento de la arena,
y el azul infinito
que proclama el cielo,
por eso del dolor
me nace roja la vida
como si fuese
una queja en la sangre,
riega los abortos
de las semillas
con sus gritos,
y me crecen púas
en las heridas
de cada viejo momento,
agujas que intentan
pinchar el viento
por si llevase
algún pedazo de ti.

Me reconozco
oscuro en cada grano
de la sombra
que imita mi forma,
reconozco
mis brazos en alto,
sobre los diminutos
cristales que juntos
se llaman arena,
deben ser miles
de millones, o más,
por eso me retienen
en el fuego de este mar
hecho con olas secas,
por eso en las noches
se ríen crujiendo
sus dientes desde el frío
que juega al escondite
con la soledad.

"A solas con la sed"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo. 2008

El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo (enlace)

interferencias lunares y versiculares

Callada, te asomas
por encima del papel
en el que dejo
un puñado de versos,
no eres consciente
de la función que representas
en el teatro de este cuarto,
del que soy
el más privilegiado espectador,
lo sé porque tus ojos
se pierden en la tarea
que te ocupa
al otro lado de la mesa,
tu bolígrafo con lunares
es un juego compartido
por los dedos de una mano,
y tus labios,
mientras con la otra doblas,
levemente, la esquinas
de las respuestas que intentan
no preguntarse en septiembre.

Mis versos ahora
se desentienden del poema,
sus letras quieren crecer
hasta ser mayúsculas,
intentan ponerse de puntillas
para llegarte mejor,
hacen apuestas sobre
cuál sera el momento
de tu boca, y el té,
que te dejé junto al tintero
naranja donde pescamos
las frases de los días de fiesta,
y también se pelean
para poner tu nombre a lo largo
de las paredes del pasillo,
o se callan, cuando te busco
la mano para contarte
el silencio de la mía,
para escribirte una carta
con el tacto que no hace ruido
fuera de la habitación.


"Interferencias lunares y versiculares"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

El país de los tejados - chus alonso díaz-toledo

auto-sosiego venial

Se me derriten las habitaciones
cuando alimento mis venas,
las cuatro paredes se licúan,
igual que hace el humo del agua
que practica la fe del vapor frío,
y sudan mil gritos silenciosos,
abombados, que se deslizan
como serpientes de rutas indecisas,
hacia los techos de los charcos
que descansan la calma a mi lado.

Busco una disculpa nueva
para galopar más allá de la vallas,
encuentro sonrisas sin risas llorando
en los rostros de los niños muertos,
y el aire se deja en un quejido,
y el viento siente cómo me siento,
y callo para que me escuchen
las palabras hechas de los deshechos.

Crecen flores con espinas
sobre la mesilla donde dejo la noche,
las riego con el caldo
de la lentitud de cada momento,
y me suspendo en los instantes
de un minuto sin segundos,
y me detengo en el espacio de tiempo,
y vuelvo a ensartarme
con los sueños prohibidos
que derriten los cuartos
donde, a menudo, se habla de ellos.

"Auto-sosiego venial"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

damas de las diez

Dejarán que el resto de las complicaciones
sean para cuando sea más tarde,
ahora se centrarán en esa torre de babel
que acogen dentro de su piel, a diario,
y se encontrarán por los lugares del cuerpo
donde las reclama el vacío del alma,
y se buscarán en una brizna de otoño,
o por las hojas que guardaron en una caja,
junto a las dudas que les dicta la tarde
en el pensamiento del cuarto de estar.

Mirarán a la calle desde la parte seca de la lluvia,
la verán borrosa, como un llanto de nubes
que tiembla sus lágrimas al otro lado del cristal,
y tocarán el tiempo, de hace tanto tiempo,
como si jamás se hubiesen ido de allí,
y cerrarán las manos para apretarlo,
para sentir la parte caliente de su tacto,
para recordar que hubo vida una vez más tarde
de las diez, y volverán a la pared de un reloj,
y a las mesas sin sabor de las cenas repetidas.

"Damas de las diez"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo

El país de los tejados - chus alonso díaz-toledo

y si fuese, o fuera, o es

Y si fuese cierta la verdad de la letra,
si pudiera hacer todo lo que escribe
sin quedarse atrapada en un papel,
sería perfecta contra la racionalidad
que enmudece a la franqueza de la piel,
cuando habla con el idioma del pecho.

Si fuera posible que, con decirse,
se pudiese hacer, o deshacer,
como sucede en la sociedad
soluble de la acuarela, y el agua,
la boca sería un método infalible,
para llegarnos hasta los labios.

Si es todo esto para podernos ser,
si esto es todo para poder sernos,
seremos una y otra vez, durante
todo lo que dure el tiempo del tiempo.

"Y si fuese, o si fuera, o si es"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

por la ruta de ti

Sólo te conozco maquillada
de plata con luz de luna,
te sé rizando los cabellos negros
en un peine con púas de viento,
y estás vestida, clandestinamente,
por las horas que se trafican
en las noches del sueño,
y me susurras la música
de dos canciones de cuna,
una a una, por las calles
donde los portales sin número
no tienen llaves para cerrarse.

Te nombra la paz bajo tus guerras,
aunque te digas con la voz de las olas,
o aunque te cubras, mojada,
con el acento del mar contra las rocas,
porque suenas a escondidas
como los ríos subterráneos en calma,
y te pintas como un billete de ida,
y a veces, eres calderilla en las vueltas,
o la verdad de una sonrisa incierta
que juega al póker contra las cartas.

Estás en el motivo del derribo
de la mitad de mis murallas,
me alborotas el orden, y las estructuras,
con el impacto de los deseos
que comen en el rojo de las bocas,
y te veo asequiblemente inaccesible,
y te muestras inaccesible por un momento,
y se nos pierde el mundo entre las caderas,
cuando nos respiramos al mismo tiempo.

"Por la ruta de ti"
© pokit in a pocket.chus alonso díaz-toledo.

El país de los tejados - chus alonso díaz-toledo

ocre y rojizo

Me exilio a la metamorfosis de la calle donde vive el otoño, y miro al cielo, contemplo el milagro volador de las nubes de plomo, y amenazan con golpes de agua, y empujones de viento, aunque no los terminen de pegar. Camino a favor del aire, no llevo impreso el destino de un billete en la cabeza, avanzo a favor de la voz de la humedad, y me envuelvo en el olor de la reivindicación, de la tierra mojada, que no se permitó el lujo de ser un jardín para las plantas que crecen con los tallos de cristal, y las ramas de acero, en el reino que da cobijo a los ramos de flores de los edificios. Descanso unos minutos frente la elegancia de la luz gris, que galantea con los primeros brillos de cobre, y de oro, que se pasean por el parque de El Retiro, tienen los matices del tiempo, y los acentos del barbecho viejo de trigo, y aunque quedan algunos tragos de verde dentro de las copas de los árboles, son pocos, e incapaces de vestir el tapiz de Madriz con el protagonismo de las puntadas de la clorofila. Ahora son los rojizos de teja, y los ocres pajizos, los que se proclaman en el discurso de las alturas que se oyen desde el suelo, y la arena así lo asume, cuando recibe el vuelo de las hojas en las que se escriben las palabras de los suicidios de los colores.

"Ocre y rojizo"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

http://elpaisdetejadoschusalonsodiaztoledo.blogspot.com/

El País de los Tejados

http://elpaisdetejadoschusalonsodiaztoledo.blogspot.com/

pre-post

Me costará corregir
el trazo en el papel,
la tinta se hará dura,
como si fuese alambre,
y se rebelará desde
el principio del molde,
en el inicio de la idea,
y en el final del pasillo
donde merodea el corazón.

Tengo la rara sensación
de escribir caminos
de atardeceres rojos,
aunque el paso sea negro,
es como si dijese a medias
con los dedos de la mano,
y se callaran en el pecho
las frases de labios huérfanos,
las que permanecerán flotando
en el limbo inquieto,
donde tiemblan de frío las dudas.

Noto cómo me invade el ánimo
que anima a la huelga,
percibo la reivindicación
de su sabor en el cielo del paladar,
y trago a conciencia la saliva
para que el paro sea total
en las labores de mi cuerpo,
y cierro las cerraduras
que se abrieron en falso,
con la complicidad de un calendario
que siempre prometió algo más.

“pre-post”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

licuación y equis

He ido dejando atrás
los restos cotidianos de un reloj
desacompasado de cuerda,
el vértigo que asoma
en el abismo ha dejado
de ser una imagen temblorosa,
ahora contiene la calma
que buscó un sitio en mis venas,
creo que podría ser una balada
perfecta para una banda de rock.
Me escuece la piel por dentro,
cada latido del corazón
es un impulso que suena a ira,
toda esta necesaria necesidad,
que se manifiesta en silencio,
me derrota cuando agota su voz,
y escucho con claridad la agonía
del sonido de mi nombre,
y entonces dejo que la lluvia moje
los dedos del pie que escribieron
sobre los pasos que anda el amor.
Duermo sobre el polvo de un cuento
de amapolas con acento de oriente,
poco a poco se pierde la severidad
del entorno en sus bordes,
poco a poco se diluye la acuarela
que tiene el color de las fechas,
y comienza a sonar Manhattan
a la vez que me fundo a negro,
y escucho con detenimiento
que ya pude dejar de escuchar.


“Licuación y equis”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

trozo de noche en la calle

Cuéntame la historia
de los árboles nuevos,
el cuento que nos escribió
un otoño delirante
lleno de hojas sin sombra,
y me anillaré a él,
como lo hace el tiempo
esférico que circula
a través de la madera.
Toma sitio en el lugar
donde suelen soñar mis sueños,
conviértete en la excepción
cotidiana de una vida
que no sabía cómo vivir,
y con la luz de la mañana
te llevaré el sabor de los labios
que besaron a la luna del desierto,
una sonrisa temprana,
y el calor que suena
en las hogueras, a cielo abierto,
por el sendero del invierno.
No conozco ningún mar
que no termine firmando
con espuma el papel de arena,
y no me interesan los días
fuera de tus semanas,
ni los vasos que no bebes,
ni los pasos que te alejan,
ni las rutas de mañana que saben
al sabor de cuando ya no estás.

“Trozo de noche en la calle”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

agua y arena

Se detuvo frente a la puerta de la razón, llamó con los nudillos de su mano izquierda, pero no encontró respuesta. Insistió un par de veces más, y la callada fue lo único que obtuvo como pago. Miró a su alrededor, vio un mundo dislocado a la altura del sur, aunque con una cabeza impecablemente peinada en el norte. Presenció el cruel despropósito que permitía la libre circulación de mercancías por el mundo, mientras se le negaba el mismo derecho a la voz de miles de millones de bocas hambrientas.
- Es posible que no saliese todo como se pensó-, se dijo para sí mismo, - puede que alguien apretara mal una de las tuercas del sistema de ventilación mundial, y se pudrieron las ideas luminosas, con el consiguiente calentamiento del ánimo global- concluyó, de nuevo, solamente para él.
Suspiró, y encaminó sus pasos ingrávidos hacia las alturas, mientras una banda compuesta por trescientos mil millones de querubines trompeteros interpretaban, en “play back”, el himno nacional de la patria celestial.
Abajo, en la Tierra, un ateo sintió una caricia interior llenándole de algo que bien podría ser satisfacción.

“Agua y arena”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

sistema binario

Un sistema binario estelar, dos astros circunvalándose continuamente, gravemente atraídos desde la distancia, y cruelmente rechazados por la cercanía. La dualidad eterna del nosotros: el principio de todo lo que es, y su antagónico, con el final de todo lo que sería ante la agonía.
Eran así, como dos estrellas que se cortejan durante el baile circular del tiempo, dos proyectos elípticos de exactitud crepuscular que combinaban el orden atómico, con el caos subatómico, dentro de una tetera con tapa de sombrero de Sinatra, que nunca dejaba de silbar “Stranger in the Night”. Les gustaba escuchar el sonido negro que procedía de Nueva Orleáns, mientras se entretenían en buscar la ubicación exacta de los cuadros de una manta de otoño, que se adivinaba como el aula magna del mestizaje entre las letras, y la piel, bajo el cielo de un reino llamado París. Tomaban sorbos de la noche en vasos sin fondo, frecuentaban los lugares en los que los artistas quedaban ignorados en una esquina del mundo, pegados a un taburete de chicle, junto a una guitarra en huelga, y un público dispuesto para una explosión infinitesimal.
Así se descosían del tiempo, y de lo lejano, así podían inventar la manera de crear las curvas de inercia opuesta, curvas en las que salían disparados hacia adentro, hacia el lugar en el que los dos se transformaban en un sólo discurso, abrazando las ideas de una sola intención.


“Sistema binario”
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

lavapiés me atrapa





Tinito La Calma, hermano de letras, de calles, y de disidencias musicales que suben por escaleras cuadradas de caracol.
-Chus-

exactamente como tú

No es difícil recordar el modo lejano de tus formas, caminando lentamente, mientras te acercabas desde ninguna parte. En la distancia eras una silueta que pisaba el mundo a contraluz, para ello te respaldabas en los excesos de los carteles luminosos de la calle, en una calle de excesos, caminando con la dejadez de quien no tiene un especial interés por conocer el destino al que llegará. Te miraba, imposible no hacerlo, eras una excepción ambulante, con una mezcla vertiginosa entre la relatividad, y la sobredosis, que te permitía perdonar la vida a cada baldosa que se ponía bajo tus pies. Mi día había transcurrido, como siempre, por el alambre que cuelga sobre las cabezas estables de la razón, y no dejaba de ser una paradoja aquello, que yo vivía en necesario, y vital, equilibrio, y ellos no. No había sido una jornada beneficiosa, si nos ajustamos a lo comercial, tampoco había sido un día fructífero, pero sólo si nos ajustamos a lo espiritual, y en el terreno personal nada nuevo que no me llegase vestido de tragedia. Aquel drama se había instalado en mi currículo vital, y por algún motivo, tu presencia inesperada me hizo pensar en que podía estar ante un golpe de suerte, y no de los habitualmente me dejaban magullado hasta el alma. La proximidad hizo que tu silueta se fuese convirtiendo en presencia, por primera vez observé tus ojos, su mirada se escondía bajo la postura, levemente agachada, de tu cabeza, eran ojos de gata de noche, ojos vivos de tres miradas por segundo, que aparecían, y desaparecían, como si tuviesen miedo a ver algo que les impidiese seguir caminando. Dejaste escapar un reto con una sonrisa cargada de veneno, y en fin…sería el día, o la noche, o tal vez fueron tus ojos iluminados de oscuridad, el caso es que comencé a perseguir el rastro que me ibas dictando, un rastro que se borraba, como la ciudad, con cada metro que dejábamos atrás.
Llegamos hasta la barra de un bar lleno de esquinas, la guitarra de Django Reinhard mostraba la razón por la que el gitano había sido el primer músico europeo en obtener el respeto de los músicos afro-americanos de jazz. Las notas de;Exactly like you, reinaban en la atmósfera cargada de aquella reserva espiritual de lo canalla. El belga, de sangre trashumante, empapaba el aire con seis cuerdas mágicas, que en sus dedos parecían ser mucho más que seis cuerdas de una guitarra.
Te acercaste al camarero, os saludasteis con desgana, era evidente que os conocíais. Él puso unas llaves sobre la barra, que tu recogiste, antes de girarte hacia mí, y acercarte con aires de desgarradores de fatalidad. Nos dirigimos hacia la calle, en ella, comenzamos a caminar, rodeamos el edificio, y entramos a un portal de paredes descascarilladas, con un fuerte olor a viejo, y a humedad. Tras subir tres pisos, por unas escaleras de madera, que se quejaban a cada paso, y en cada escalón, llegamos hasta una habitación casi vacía; una cama, dos sillas, y un armario sin puertas, nos dieron la bienvenida en silencio. Sin la necesidad de las palabras, me contaste, y yo te escuché. Sin la necesidad de las palabras, tu boca se acercó a la mía, sin llegar a tocarse, separadas por milímetros, nuestras respiraciones jugaron con las cosquillas de los labios del otro. Sonreímos acidez, cargada de veneno, y sin poder mantener en esa distancia, la rompimos para mordernos las ganas, mientras las ganas nos robaban las ropas, con la torpeza que le da la prisa a las manos aceleradas. En el suelo, una navaja, y un revólver, se prometíann la paz, en medio de la guerra de las guerrillas, la paz que ya era una lucha cuerpo a cuerpo, y gesto a gesto. Tu lengua tomó la palabra, se paseó por mi rostro, obscenamente húmeda, y descaradamente fuera de la boca…
El sol fue una puñalada a traición, recuerdo que tu presencia se convirtió en una figura con forma de adiós, caminando a contraluz, con el amanecer respaldando la silueta, eras la hermosura de la tragedia que nace en una calle, de noche, peleándole el brillo, sin quererlo, a la luz de neón.

"Exactamente como tú"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo

Música: Django Reinhard- "Exactly like you"